Daniel nos ayuda a reconocer lo real y lo falso. Con su ayuda, podemos enfocar nuestro propósito en nuestros sueños e intenciones, lo que nos permite materializarlos sin gastar mucha energía. Con la ayuda de Daniel, desarrollamos más compasión por nosotros mismos y nuestra situación. Pero cuanto más cultivamos la compasión por nosotros mismos, más podemos dejarla fluir hacia el mundo. También nos ayuda a encontrar nuestra verdadera identidad en lo más profundo de nuestro ser y a vivirla en toda su plenitud. AFIRMACIÓN: Al dejar ir la amargura, doy un paso adelante con claridad y visión.